Amor flechado
Poner
un chorro de predisposición en la sartén y calentar. Añadir chispa e
imaginación en grandes cantidades (del tipo romántica sublimadora, disponible
en el sótano de cualquier soñador), subir el fuego a la máxima temperatura y
freír hasta que los alimentos estén bien hechos. Una vez listos, retirarlos del
fuego y adornarlos con vendas para ocultar los posibles quemazones. Servir a la
temperatura de la cocción y aliñar con algo de interés investigador y
conocimiento en polvo (no demasiado).